Ilusión en Reikiavik

Hoy llega a las librerías mi quinto libro, Mañana me voy, publicado por Abada Editores.

La enorme ilusión de este día me ha pillado muy lejos de casa —¡en Reikiavik!—, pero he tenido la precaución de traerme un ejemplar.

Miro y remiro mi libro nuevo y lo encuentro precioso. Me gusta mucho la cubierta, tan limpia, tan sobria, y el hecho de que en su parte inferior solo se vea el lomo del rinoceronte que usa como logotipo la editorial, el rinoceronte de Durero: me da la impresión de que el animal ha empezado a irse sin esperar a mañana…

También me parece muy bonito el interior del volumen. La maquetación es elegante y creo que han quedado muy bien las ocho fotografías en blanco y negro que seleccioné de las que fui tomando en aquella caminata por el norte de la provincia de Soria.

Porque eso es Mañana me voy, el diario de una marcha a pie de seis días por la comarca soriana de Tierras Altas. Una crónica de viaje y al mismo tiempo un ejercicio de introspección —algo así como un arqueo del alma—, una declaración de amor a la naturaleza y un canto resignado de esperanza.

Es extraño estar viviendo este día de ilusión en Reikiavik. Pienso en los lectores que encontrará mi nuevo libro y lo miro una vez más. Lo abro, lo hojeo, lo acaricio… Hoy deja de ser solo mío.

*

NOTA: La sinopsis y otros datos de Mañana me voy están aquí.


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4 comentarios en “Ilusión en Reikiavik”

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