Hoy, once de junio de 2025, llega a las librerías La cinta verde, mi nuevo libro, que publica Abada Editores.
Yo también, como Stevenson, quise ser Tusitala: el que narra las historias junto al fuego.

Como Isak Dinesen, quise pertenecer a esa antigua tribu —«ociosa, salvaje e inútil»— de los urdidores de relatos.
Yo quise ser, como Juan Bonilla, el que apaga la luz cuando los niños caen al fin dormidos tras una larga tirada de cuentos.
Hoy empiezo a ver mi ambición cumplida: La cinta verde es una colección de siete relatos. Siete relatos en torno al amor.
«Queda el río» es la historia de un hombre que rememora a una chica de ojos verdes en los verdes parajes del Omaña.
En «Lo inexplicable», el fantasioso Ginés Valdoria narra un extraño suceso nocturno en París, suceso que se resuelve en una epifanía sentimental. (O tal vez no).
La mujer que protagoniza «Camanances» dice estar cansada de los hombres demasiado románticos. El primero fue un muchacho nicaragüense, muchos años atrás…
La acción de «Húsavík» transcurre en Islandia. Allí, en un remoto pueblo pesquero, Graciela se refugia en las amigas mientras siente que todo cambia a su alrededor.
El protagonista de «Año nuevo» emprende una arriesgada misión un 31 de diciembre: recorrerá media España para recuperar una de sus más preciadas pertenencias.
En «Azul Lorena», un joven inexperto en amor, o muy sabio, está dispuesto a darlo todo sin recibir a cambio gran cosa.
El último relato, que da título al volumen, habla de la fortísima impresión de irrealidad que produce el recuerdo de un amor desaparecido. Para hacerle frente a esa impresión, el protagonista se aferra a un humilde objeto conservado durante años.
¿Qué hay en La cinta verde?
Hay sentimiento, hay humor, hay exaltación vital y melancolía; hay cinismo y hay romanticismo; hay ilusión, desfachatez, ternura y pasión; hay acción, reflexión, fantasía y perplejidad; hay confusión y lágrimas; hay soledad y hay almas hermanas; hay memoria, y el mandato, tan dulce y cruel, de la vida que pasa. Hay búsqueda de la felicidad. A pesar de todo.
En La cinta verde hay, además, una viva complacencia en el viejo arte de contar historias, que detiene el tiempo, y en la belleza de las palabras compartidas.
Yo quise ser uno de esos confabulatores nocturni que contaban cuentos toda la noche, como José María Conget o su personaje Martín.
Como Sherezade, quise jugar el juego de las narraciones que se alargan y encadenan, para así, dando vida, vivir más y mejor.
Yo también quise ser Tusitala…
*
NOTA: La sinopsis y otros datos de La cinta verde (Abada Editores, 2025) están aquí.
Dónde comprar La cinta verde
– En alguna de las librerías agrupadas en TodosTusLibros.com
(y en muchas otras librerías)
– En la editorial Abada
– En la Casa del Libro
– En FNAC
– En El Corte Inglés
– En Amazon
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Amigo, que alegría que puedas disfrutar de compartirnos tu nueva obra. Justo la semana que viene sale mi amiga para allá, así que pronto lo podré tener en mis manos. Te mando un fuerte abrazo, junto con los mejores deseos para esta nueva experiencia. Jorge
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¡Gracias, Jorge! Qué ilusión que lo leas. Un abrazo fuerte.
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