Siete palabras (VI)

Mientras existan los diccionarios, aburrirse será imposible. Mientras existan los libros, los periódicos, las películas, los programas de radio, las conversaciones; mientras existan las palabras.

¿No es divertido descubrir una palabra que nos gusta o nos sorprende por su significado, por su sonido o su etimología? De vez en cuando selecciono para mi blog siete palabras curiosas. (Aquí están las entregas anteriores). No me aburro, no: imposible.

Tabuco
‘Aposento pequeño’, ‘habitación estrecha’. Me gustan mucho las palabras con esta sonoridad sencilla y rotunda de los fonemas /p/, /t/ y /k/, suavizada a veces por la dulzura repentina del sonido /b/: tabaco, butaca, petaca…, ¡bocata! Además de tabuco, otras bonitas palabras que designan habitaciones muy pequeñas son mechinal, zaquizamí y chiribitil. En un tabuco escribí durante años. Desde entonces, cada vez que abro el cuaderno para apuntar cualquier cosa —ya sea en un tren, una cafetería o una biblioteca—, es como si volviera a aquel pequeño aposento.

Foto tomada del sitio web de la Real Academia Española.

Dingolondango
Según lugares, épocas y contextos, ‘expresión cariñosa, mimo, halago, arrumaco, zalamería’, pero también ‘adorno superfluo’ o incluso ‘remilgo’. Dice el Diccionario de Autoridades que es palabra usada por los «de la ínfima plebe». (Muchas gracias a Camilita, que no es de la plebe, por esta palabra… zalamera).

Polímata
Un día, hace algún tiempo, me llamaron polímata. «Eh, sin insultar», respondí. Polímata: ‘persona con grandes conocimientos en diversas materias científicas o humanísticas’. Ojalá yo lo fuera. No es falsa modestia: estoy muy lejos de serlo. Pero he tenido la suerte de conocer a varios polímatas.

Bajancia
En Cádiz, donde se celebra a finales de marzo el IX Congreso Internacional de la Lengua Española, bajancia significa «enemigo, señor o señora con quien no te hablas y le vuelves la cara por la calle», según definición de Rafael Marín. También «el que resulta humillado o perdedor con relación a otro» (El habla de Cádiz, Pedro M. Payán). Hubo en Cádiz hace unos años una extraordinaria chirigota callejera llamada Los Bajancias. ¿Que anda uno con el ánimo decaído? Se pone sus vídeos y asunto arreglao. Por ejemplo, el vídeo de su «Blues del bajancia». ¡Viva Cadi! (Y mi primo Juancho, que es de allí).

Foto: Carol1980 (Flickr)

Cerne
Hay en el campo léxico de los árboles palabras maravillosas. Cerne, como adjetivo referido a la madera, dice de ella que es ‘sólida y fuerte’, y como sustantivo, designa la parte más dura y sana del tronco de los árboles y también, según algunos, cada uno de sus anillos anuales. ¿Se equivocan quienes lo dan como sinónimo de duramen? Duramen: ‘Parte más seca, compacta y de color más oscuro por lo general, del tronco y ramas gruesas de un árbol’ (DLE). El duramen, o «corazón de la madera», está muerto, pero sostiene al árbol. Palabras maravillosas, ya digo.

Adárgama
Harina de flor, o ‘harina tamizada y muy refinada’. Es adárgama otra de las preciosas palabras del español que, pasando por el árabe, proceden del pelvi, antigua lengua persa. Como azogue, alfajor, jaraíz, adarve, jazmín, azucena, azúcar… o gálibo.

Veril
En Zamora, ‘faja estrecha de terreno colindante con un camino’ (DLE). ¿Se usa también en Aragón? Me lo pregunto porque en un libro sobre el Monasterio de Piedra se leía: «sólo le quedaba subir por un abandonado veril que ni las cabras utilizaban». Tanto me gustó esta palabra cuando la encontré en el diccionario que la usé en un texto de Gazeta de la melancolía, el titulado «The place I love»: «Busca una caricia en la cabeza y, a ser posible, también un manojo de dientes de león de los que crecen en el veril».

4 comentarios en “Siete palabras (VI)”

  1. No sabía que coleccionaba palabras, estupendas estas que has puesto, no conocía ninguna, tabuco se parece a tabique, quizás tenga algo que ver.
    A mi también me gusta buscar palabras muchas me gustan por el sonido.

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    1. Muchas gracias, Lola, me alegro de que te hayan gustado. Pensé lo mismo que tú, que se parecían mucho tabuco y tabique, y fui al diccionario a ver si tenían el mismo origen. Al parecer proceden de palabras árabes distintas. ¿Me dices cinco palabras que te gusten por su sonido? ¡Un abrazo!

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      1. Hola Víctor, me gustan las palabras que llevan z, por ejemplo, me encanta la palabra azucena. Pero puestos a buscar palabras raras, te dejo: zangolotino, zascandil, zorollo, cenutrio y esta, que no tiene nada que ver, pero es rara: ardil. Seguramente las conoces todas.
        Pero hay una cosa curiosa con ardil, la encontré porque en mi pueblo se usa la expresion: «tener ardiles» que significa hacer las cosas con rapidez.
        Busqué ardiles y la expresión pero sólo encontré la palabra ardil, que no tiene exactamente el significado de la expresión.
        Me encantan las palabras raras y las expresiones de los pueblos. ¡Un abrazo!

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      2. Muchas gracias, Lola, son muy bonitas. No conocía «zorollo» ni «ardil». «Tener ardiles» es también bonito y sonoro. Me alegra compartir contigo esta afición. ¡Otro abrazo!

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