Escribir

Porque es nuestra manera de estar en el mundo.

Por la fantasía de perseguir la belleza, la que puede crearse con palabras.

Para recordar. Para olvidar. Para salvar lo que podamos del incendio.

Para «señalar a otros el rastro de un pájaro cuando ya se ha ido» (José Mateos).

Por grafomanía.

Por la necesidad de dar salida a ciertos ritmos verbales que a veces se nos imponen.

Por el placer de tirar del hilo de una frase y ver si se abre ahí un camino que nos lleve a algún lado. Por el placer de recorrer ese camino.

Porque nos apasiona la conversación.

Para jugar a darle un sentido a la vida. Y un soporte a nuestra identidad: que el yo no se nos deshilache demasiado.

«Para ejercer lo inútil / para abrazar lo inútil / para hacer de la inutilidad un manantial» (Chantal Maillard).

Para reconstruir mundos perdidos.

Para conjurar la extrañeza de vivir.

Porque todavía hay esperanza, o eso dicen.

Porque el placer que nos brinda es de una calidad tan especial que no admite comparación con ningún otro que pueda ofrecernos la vida (Julio Ramón Ribeyro).

Para intentar entender lo que pasó. Lo que pensamos, lo que sentimos. Y a los demás.

Para estar menos solos, o para estarlo de otra manera.

Para «defender la soledad en que se está» (María Zambrano).

Para asomarnos a lo oscuro.

Para ajustar cuentas con algo o con alguien, quizá con nosotros mismos.

Por un irresistible prurito narrativo: por la necesidad y el placer de contar una historia.

Para que nos quieran más (Gabriel García Márquez).

Por la ilusión de dar unas brazadas en el río ancho y lento de la literatura escrita en nuestra lengua. De aportar al caudal de ese río, muy humildemente, un cacillo del agua que ha tomado uno de su propio manantial.

Porque, a pesar de todo, creemos en las palabras.

Por emulación. Por el deseo de proporcionarle a alguien alguna vez la intensa felicidad que otros nos hicieron sentir.

Por amor: no para conocer lo desconocido, sino para amarlo (Christian Bobin).

Para jugar a ser libres. Para atrevernos a, para hacer como si.

También para calmar la ansiedad.

Escribir… por la imposibilidad de vivir sin hacerlo.


Descubre más desde Víctor Colden

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

6 comentarios en “Escribir”

Deja un comentario