De siete en siete.
Palabras bonitas, palabras humildes, palabras simpáticas, palabras extrañas, palabras sonoras.
Palabras que me gustan por la conjunción particular de cómo suenan y lo que significan, por su etimología y las sugerencias que traen consigo.
Las voy poniendo aquí, en este blog, de siete en siete. (Ya lo he hecho antes: no una ni dos, sino hasta tres veces).

Tembollón
Voz no recogida en diccionarios, que yo sepa, y que se usa en la zona de Jumilla, quizá también en otros sitios. Mi amigo Bartolomé Medina, que es un poco nefelibata, fue quien me la enseñó: «nube de desarrollo vertical de tipo cumulonimbo, pero no totalmente desarrollada». A esta definición añadió una preciosa nota personal y lírica: «Los tembollones me recuerdan al tremolar de las banderas y a la ternura de los bollos horneados».
Cernadero
En la provincia de Jaén (yo la oí en Úbeda) se emplea esta palabra con el significado de ‘trapo de cocina’. Según el DLE, es un lienzo grueso con el que se filtraba la ceniza de la lejía o cernada (del latín cinis, cinĕris, ‘ceniza’). Es curiosa su similitud fonética y semántica con cernedero, que tiene otro origen pero también designa un ‘lienzo’.

Trisar
Dicho de una golondrina o de otros pájaros: cantar o chirriar. (Suena de esta manera). Trisar procede, probablemente, de tris: ‘leve sonido que hace una cosa delicada al quebrarse’. Ayer mismo, 28 de marzo de 2022, registró mi amiga Tamara Crespo (la librera de Primera Página) la llegada a Urueña de las primeras golondrinas: «Con ellas vienen la algarabía, la alegría, el sonido de la vida, del ciclo de la vida, que no se detiene…». (Gracias, Tamara, por enseñarme esta palabra). (Y por todo lo demás).
Dehiscente
«…En el jardín, que ofrece ahora como un fruto dehiscente este regato fresco…», escribe J. A. González Iglesias en su poema «Hontanar», incluido en el libro Jardín Gulbenkian (Visor, 2019). María Moliner define así dehiscente: «Se aplica a los frutos que se abren espontáneamente dejando salir las semillas y a las anteras que se abren dejando salir el polen».
Querque
Además de ser el nombre de un ave en El Salvador y Honduras, en este último país significa también —ojo a la riqueza de acepciones— ‘persona que anda sola sin objetivos claros’, ‘persona molesta e inoportuna’, ‘persona excesivamente flaca’ y (los signos de exclamación son míos, no del DLE)… ¡‘acróbata’! Yo admito sin reparos ser un querque en varias de sus modalidades.

Nuégado
Se llama así en España a un dulce hecho con harina, miel y nueces u otros frutos secos, típico de La Mancha. La palabra (que le debo a Sofía Ugena-Sancho) la emplean también en algunos países hispanoamericanos. Véase aquí la receta de los deliciosos nuégados salvadoreños, buñuelos que se preparan con una masa de yuca o de maíz.
Robla
O robra: ‘agasajo del comprador o del vendedor a quienes intervienen en una venta’, definía hasta hace unos años la Real Academia. También ‘comida con que se obsequia al terminar un trabajo’. Me gusta pensar que, como sostienen algunos, el nombre de la localidad leonesa de La Robla procede de este término: lo asocio a la generosidad de mi amigo Chema Gutiérrez, que nació allí. (No me importaría que, para celebrar un trato cualquiera, me «agasajara» algún día con una robla de café y nuégados).
Qué interesante
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Muchas gracias.
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